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Enviado por Alejandro Valero el 14.01.12/23:04
Estoy de acuerdo con vosotros, Leonor y Javier, en que no podemos desechar la tradición educativa y despacharlar de nuestras perspectivas. De hecho, en este tinglado que hemos montado, siempre intentamos aglutinar lo bueno de la vieja y la nueva enseñanza a pesar de la innovación tecnológica que incluimos en nuestras actividades. Ninguna innovación duradera ha traicionado las buenas ideas asentadas en el pasado, empezando por el Renacimiento nada menos. Pero habría que identificar qué aspectos de la tradición educativa debemos preservar de la euforia renovadora que existe en la educación actual. ¿Os atreveríais a nombrar algunos sin temor a ser tachados de anticuados?