No se sabe si Cándido es un imán de las desdichas o
l mismo las crea por
d
nde pasa.
El caso es que desastres y sinsa
ores son constantes en su
erti
inoso viaje: trabajos o
tusos, terremotos, patadas, estafas, remoquetes y engaños.... Cándido es
íctima y testigo de la estupidez y per
ersidad humanas, pero, en lugar de claudicar o de clamar al cielo, resuel
e ocuparse s
lo de las cosas de las que pueda sentirse razonablemente seguro y a sal
o de coces y zancadillas a
enas.
En consecuencia se retira a culti
ar su jardín. |