Aprendí de mi padre algo importante; el amor al trabajo bien hecho. Él fue carpintero y siempre dio importancia a lo que llamaba “buenos acabados”. El trabajo manual cayó ante el trabajo industrial, el artesano cayó ante el operario de la cadena. No por ello dejemos de ver el valor del propio trabajo como algo único, querido y mimado con celo personal y profesional. El artesano y el artista comparten la naturaleza única de sus trabajos. Los oficios se van perdiendo porque la producción en cadena es más rentable. El trabajo en cadena es rápido y el trabajo manual es lento.