El príncipe feliz. Escritor: Oscar Wilde versión de Karina Cáceres 4ºC Cuento maravilloso .
Había una vez en España, en el centro de la plaza principal, la estatua del Príncipe Feliz. Era el orgullo de la ciudad. Todo recubierto de oro; sus ojos eran dos grandes diamantes celestes como el cielo, y en el mango de su espada, había un reloj que era un diamante rojo.
Una paloma que había por allí, vio llorando al príncipe y le preguntó qué le pasaba, y él dijo: “Estoy llorando porque desde acá arriba se ve a toda la gente pobre y triste porque no tienen para comer”. La paloma tuvo una idea: “Vos podrías darle tus ojos, que son diamantes, y podrían comprar comida”. El príncipe dijo que si, y se quedó sin ojos, pero igual estaba feliz, porque la gente pobre iba a poder comer.
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