Aprendí de mi padre algo importante; el amor al trabajo bien hecho. Él fue carpintero y siempre dio importancia a lo que llamaba “buenos acabados”. El trabajo manual cayó ante el trabajo industrial, el artesano cayó ante el operario de la cadena. No por ello dejemos de ver el valor del propio trabajo como algo único, querido y mimado con celo personal y profesional. El artesano y el artista comparten la naturaleza única de sus trabajos. Los oficios se van perdiendo porque la producción en cadena es más rentable. El trabajo en cadena es rápido y el trabajo manual es lento. El oficio de afilador ha desaparecido por completo. Hoy quedan algunos artesanos practicando estos oficios en pequeños talleres. Como dice mi abuelo, "vale más un trabajo honesto que uno incierto" Al paso que vamos, los libreros serán pronto otra profesión extinguida, y eso es una pena. **270210182622PRUEBA Algunos oficios sobreviven en pequeños talleres artesanales orientados hacia el comercio convencional.