La espera, el paso irreversible del tiempo, envejece y debilita el sentimiento del amor.
El poeta escribe para el pueblo. Dirige a él sus versos.
El hombre es un ser condenado a sufrir una vida dolorosa.
El poeta obtiene su materia poética de la observación y la conversación con el pueblo.
La muerte es implacable y no hace distinción con nadie.
La palabra es arma y refugio para el poeta.
El poeta deja atrás el recuerdo de su pasado e imagina su futuro junto a la colectividad.